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Sobre la iniciativa Observatorio de la Imagen,

con énfasis en la educación 

"Las condiciones de percepción son, el resultado de una alta codificación (aún cuando son virtualmente inconscientes) y de un conjunto de operaciones de decodificación. Esto es tan cierto con respecto a la imagen fotográfica o televisiva como lo es con respecto a cualquier otro signo. Los signos icónicos son, sin embargo, particularmente vulnerables de ser leídos como naturales porque los códigos de percepción visual están ampliamente distribuidos y porque este tipo de signo es menos arbitrario que el lingüístico... "(Hall, 1993: 90).

Es vital observar los diferentes materiales que circulan a diario y configuran nuestro ambiente dado que dan cuenta de todo un complejo significativo. En este sentido, las imágenes inscriptas en libros de texto, periódicos, videos, etc., necesitan ser estudiadas ya que participan –prácticamente- de la totalidad de las materias que impregnan la vida social, y de las que nos valemos cotidianamente en el campo educativo, y, en sentido más restringido, específicamente en los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

Frecuentemente se ha procedido como si las representaciones empleadas fueran inocuas o transparentes y, por tanto, fuera innecesario ocuparse de su análisis en el marco del proceso social. La escasa atención que recibieron las relaciones entre el texto escrito y la imagen -en tanto objeto de reflexión-, pareciera corresponderse con una concepción que las entiende como fuentes complementarias para la transmisión del conocimiento y, en el ámbito educativo, como recursos didácticos sólo adecuados para ilustrar determinadas problemáticas, concepción que ha prevalecido unida a un concepto de alfabetización restringido a la palabra escrita en lo que hace a la enseñanza y aprendizaje de la lectura y de la escritura. Y que se ha extendido en lo que hace a las distintas prácticas de enseñanza y en los distintos niveles del sistema educativo.

Nunca transparentes, aunque el realismo, la atribución per se de objetividad -argumento reiterado cuando se trata de imágenes fotográficas- así como la naturalización de su lectura, las preservaron alejadas del centro del estudio y análisis por largo tiempo.

“Las imágenes son en la actualidad un territorio de disputa. Una visualidad exacerbada se ha extendido hacia distintas áreas del saber y es difícil hoy dar cuenta de determinados procesos políticos, sociales, económicos y culturales sin atender a la gravitación que las imágenes – que circulan a un ritmo inusitado gracias a las nuevas tecnologías comunicacionales- ejercen sobre estos fenómenos.” (Baldasarre y Dolinko, 2011: 13)

Atendiendo a las propuestas de los planes de estudio de las distintas Licenciaturas y de los Profesorados que forman parte de las carreras que brinda el Departamento de Educación, y no sólo restringido a éste sino pensando en otras instancias de la UNLu, se pone de manifiesto un área de vacancia, y/o por lo menos muy débilmente abordada en la formación. Se trata de atender a los contenidos que brinda el estudio de las imágenes tanto en lo concerniente a las características y al plano teórico-conceptual, como en los usos pedagógicos, y también en lo que respecta a los aspectos comunicacionales, políticos, culturales y sociales.

Entender a la imagen en tanto objeto de estudio y sus relaciones, en el marco del campo social, y particularmente en el ámbito educativo, atendiendo a su especificidad textual, implica profundizar su estudio y el de su relación con los distintos medios en los que se inscribe y/o circula.
Desandar, desarticular y complejizar la mirada que tenemos sobre ella implica desmitificar tanto los presupuestos que circulan, especialmente en el terreno educativo, y que tantas veces obstruyen, obturan, el acto de enseñar y de aprender, como permitirnos extender el análisis de los textos con los que tomamos contacto a diario y que, muchas veces circulan con escasas miradas sobre ellos y supuesta autosuficiencia al momento de sus usos comunicacionales.

Nos preguntamos con Louis Marin si es el lenguaje el interpretante general de todos los sistemas significantes, entonces, cómo hablar de una imagen. Como modo de profundizar las preguntas y ofrecer algunas respuestas, proponemos consolidar institucionalmente un espacio que focalice en observar y estudiar la imagen, y sus diversas manifestaciones. Proponer la creación de un Observatorio, implica posicionarnos entendiendo que hay una cierta educación de la mirada que, paradójicamente, oculta – a veces por omisión y otras por acción-, los mecanismos, formas, y conceptos involucrados en la producción y circulación de las representaciones.

“El término observatorio en el campo social no es nuevo, desde 1962 Robert C. Wood,citado por Frausto, Martínez y González (2008), propone que las políticas urbanas sean tratadas como un fenómeno científico y sometidas a la observación. El mismo autor define a los observatorios urbanos como estaciones de campo, centros de información y áreas de monitoreo bajo la supervisión de los científicos y académicos. (...) Independientemente de su naturaleza, para Prieto (2003), todo observatorio busca dos propósitos elementales: investigar —revisar, describir, caracterizar, evaluar, discutir, cuestionar, sugerir— los contenidos que aparecen en el espacio de observación pertinente a su área de interés; e informar a la comunidad los hallazgos que ocurren en ese proceso. A menudo, ofrecen espacios abiertos para los aportes de otros interesados a fin de conocer el tema que se está trabajando y al mismo tiempo publicarlo en la red. Los observatorios, entonces, se constituyen en lugar de encuentro entre personas que comparten su interés por un determinado tema... (Prieto, 2003, s/p), (Angulo Marcial, 2009: 9).”

Para proponer el desarrollo efectivo de este trabajo focalizado, cabe mencionar que la intención de avanzar con una estructura más afianzada, aunque de gran plasticidad en cuanto a las posibilidades de intercambios y alcances, estaría tomando forma de un conjunto de acciones realizadas durante largo tiempo en la UNLu, las que se han expresado en la docencia, investigación y extensión; y que pretendemos expandir en acciones, proyectos y articulaciones de distinto nivel de extensión (asesoramiento en planes de trabajo de estudiantes e investigadores, un programa de investigación, actividades en y con los docentes y estudiantes de distintas asignaturas, etc.).

Plantear la posibilidad de desarrollo del Observatorio de la imagen, con énfasis en la educación, núcleo de trabajo con asiento en la División de Educación a Distancia del Departamento de Educación, pero de ningún modo clausurado al resto de UNLu, también tiene la intención de generar un nodo de especialización e intercambio institucionalizado en diálogo con otros de estos centros de estudio sobre la temática, etc., los que con distintas orientaciones e intereses, sin embargo, nos permitirían actualizarnos y dialogar con especialistas que se preguntan sobre estos temas de un modo más establecido y formalizado.

En este marco, y sólo a modo de ejemplo, enumeramos sólo algunas de las posibles acciones que, como anticipáramos, nos proponemos llevar adelante:

  • -  Dar continuidad al Cineclub digital. Ciclos previstos: “Los pueblos originarios en foco”, “El cuerpo es imagen: lo que Almodovar nos enseñó” y “La película espresentada por... Cine de autor y conversación con realizadores“

  • -  En sintonía con estas acciones, esperamos diseñar y producir un Ciclo de programas radiales de divulgación de la temática de la imagen, y sus relaciones con el universo escolar, que puedan ser difundidos desde el espacio web de la UNLu.

  • -  Propuesta de organización y desarrollo de un programa de investigación (1), el que focalizando en las imágenes se despliegue abarcando distintos objetos de estudio, con énfasis puesto en el campo educativo.

  • -  Propiciar charlas, tenidas, etc., sobre el tema que nos convoca promoviendo el contacto y diálogo con profesores, disertantes, expertos, cineastas, etc.; como así también consolidar los intercambios académicos participando de redes y/o centros dedicados al estudio de las imágenes.

  • -  Diseño y propuesta de distintas actividades tales como talleres, jornadas, etc., de la que puedan participar colegas y estudiantes de las distintas carreras –especialmente de los profesorados que ofrece la UNLu-, de modo tal que los contenidos y los avances de investigación en el campo de la teoría de la imagen, puedan ser conocidos, más allá de quienes participan de la Licenciatura en Ciencias de la Educación (orientación Tecnología Educativa).

En sintonía con lo expresado en torno a la modalidad de educación a distancia, y atendiendo a las actividades y acciones enunciadas, y para asegurar la difusión e intercambios, será preciso generar y radicar un espacio digital abierto del Observatorio, con acceso desde la página web del Departamento de Educación/UNLu.
 

  • (1) Pensamos que, de manera provisoria, podría denominarse “Visualidades de la educación”. Encontramos inspiración en el título que llevara un proyecto dirigido por María Ledesma y que estudió lo sucedido en la crisis del 2001: “Visualidades de la crisis”

Bibliografía

Angulo Marcial, Noel (2009), “¿Qué son los observatorios y cuáles son sus funciones?”, enInnovación Educativa, vol. 9, núm. 47, abril-junio, Instituto Politécnico Nacional, Distrito Federal, México. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=179414895002

Baldasarre, María Isabel y Dolinko, Silvia (Editoras) (2011) Travesías de la imagen. Historias de las Artes Visuales en Argentina, EDUNTREF, Buenos Aires.

Hall, Stuart (1993) “La hegemonía audiovisual”, en DELFINO, S. (comp.), La mirada oblicua. Estudios culturales y democracia, Buenos Aires, La Marca editora.

Marín, Louis (2015) Destruir la pintura, Fiordo editorial, Buenos Aires.

Gabriela Cruder
Profesora Adjunta Ordinaria
División de Educación a Distancia
Departamento de Educació
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